Es un documento redactado por psicólogos, en el que se presenta una evaluación. Para su elaboración es necesario realizar una exhaustiva recogida de información, mediante entrevistas, revisión de documentación, elaboración de pruebas diagnósticas, etc.
Existen varios tipos de informes:
Algunos ejemplos de Informes más habituales:
Este tipo de informe recopila por escrito una evaluación psicológica de un paciente y suele tener como finalidad conseguir objetivos terapéuticos.
Es necesario una especialización en psicología clínica para redactar correctamente un informe de este tipo. La información personal es fundamental, y tiene tanto carácter científico como confidencial.
Solicitado y utilizado por algunas empresas como herramienta para la toma de decisiones, así como para la planificación de estrategias.
Forma parte del proceso de intervención psicológica laboral y puede realizarse tanto de forma individual, como organizacional o grupal.
Es posible clasificar este informe de formas diferentes de acuerdo con el proceso de solicitud:
Este es un informe caracterizado habitualmente por ser solicitado por padres o tutores o por profesionales interesados en la salud mental del niño, por ejemplo, docentes, pediatras y neurólogos.
Cuenta con una estructura ordenada y sistemática, la cual debe facilitar su comprensión por parte de los solicitantes, de forma que no tengan problemas para usarlo como guía hacia un diagnóstico.
Por otro lado, el informe debe estar compuesto por una extensa descripción de la exploración del estado actual mental del niño y los resultados de su respectiva valoración. Además, consta de apreciación diagnóstica, conclusiones, recomendaciones de tratamiento y sugerencias.
El informe psicológico pericial, también conocido como informe psicológico forense, es aquel en que un profesional de psicología forense usa técnicas y conocimientos en que está especializado para guiar a los tribunales en su búsqueda de un veredicto.
En este sentido, se trata de un informe con valoraciones psico legales, las cuales mezclan el funcionamiento psicológico con el ámbito jurídico.
La información de la evaluación pericial psicológica es entregada a un operador jurídico demandante en forma de informe. Cuando es transmitido el informe, comienza a constar como otro documento probatorio en el proceso judicial.
Al igual que el resto de los informes psicológicos, es imprescindible que su redacción sea clara y organizada, de manera que el operador jurídico sea capaz de comprenderlo sin dificultad.
Asimismo, debe contener criterios técnicos y datos manejados por el perito, los cuales también deben ser utilizados para justificar las conclusiones a las que se llegue dentro del documento. Además, se debe tener en cuenta que, al ser incluido dentro del expediente judicial, cuenta como prueba, por lo que puede someterse a réplica y análisis por cualquiera de las partes. En este sentido, el perito tiene una gran responsabilidad jurídica al manejar este informe, puesto que, si no se maneja una adecuada transparencia, la persona evaluada en el informe se ubicaría en un plano de indefensión jurídica.
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