Es un complejo proceso emocional, que puede afectar tanto a los niños y niñas como a sus familias, no sólo en el momento de la medida, sino a lo largo de la historia familiar.
En las situaciones concretas de adopción o acogimiento, las singularidades de los dos procesos de protección al menor pueden conllevar experiencias difíciles tanto para él como para la familia.
Un psicoterapeuta ha de estar especializado en estas peculiaridades para poder ofrecer su ayuda y su apoyo por una parte al niño y por otra a la familia, a los padres especialmente.
En TWC brindamos formación y psicoterapia a los miembros de las familias adoptantes y acogedoras. No sólo se ha de trabajar con el menor también se ha de ofrecer un espacio terapéutico a la familia dónde reflexionar sobre la crianza, el apego, las relaciones parentales, y todos aquellos aspectos del día a día que les puedan preocupar.
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