Miedo, preocupación… La ansiedad puede hacer que se encuentren irritables y enfadados, con dificultades para dormir, cansados, con dolores de cabeza o de estómago…
La ansiedad es un rasgo sintomático caracterizado por un sentimiento de peligro inminente, con actitud de espera que provoca un desorden más o menos profundo, difícil de compartir, y a la cual se le otorga un carácter de generalidad, sin estar referida por lo tanto a ningún objeto o situación particular. La angustia se refiere a ese síntoma en relación con la manifestación corporal que separa su valor neurofisiológico del existencial de la ansiedad.
Los síntomas presentes en la ansiedad infantil son fundamentalmente:
La sintomatología, aunque difícilmente diferenciable, podemos englobarla en cuatro grandes grupos:
La ansiedad infantil por tanto genera “conductas de anticipación o presencia de objetos o situaciones internos o externos amenazantes o peligrosos para el sujeto que los percibe y vivencia, frente a los cuales no se atisban desde quien las sufre posibilidades o recursos para afrontarlos con efectividad, por lo que siempre se acompañan de conductas consecuentes de evitación e inhabilitación, lo que a su vez interfiere la adaptación funcional en diversas áreas de la vida en grados y tiempos variables, acompañadas de sensaciones físicas o fisiológicas más o menos conscientes, y por ende, más o menos desagradables” (Casablanca, R.)
Los problemas de ansiedad en la infancia y adolescencia tienen un tratamiento breve que se basa en:
Esta web está escrita en masculino o femenino genérico para facilitar la lectura de los textos de la misma, pero está destinada a cualquier persona que quiera entrar en ella, independientemente de su identidad y expresión de género).