Ansiedad Infanto-juvenil

Miedo, preocupación… La ansiedad puede hacer que se encuentren irritables y enfadados, con dificultades para dormir, cansados, con dolores de cabeza o de estómago…

¿Qué es la Ansiedad Infantil?

La ansiedad es un rasgo sintomático caracterizado por un sentimiento de peligro inminente, con actitud de espera que provoca un desorden más o menos profundo, difícil de compartir, y a la cual se le otorga un carácter de generalidad, sin estar referida por lo tanto a ningún objeto o situación particular. La angustia se refiere a ese síntoma en relación con la manifestación corporal que separa su valor neurofisiológico del existencial de la ansiedad.

La Ansiedad Infantil y Juvenil

Ansiedad infantil:

  • Ansiedad por situaciones de separación de sus padres. Es, por ejemplo esa imagen de la salida del colegio de los padres ante un niño llorando por su marcha. Si esta situación se alarga en el tiempo tras una etapa de adaptación natural, podemos hablar de ansiedad por separación.
  • Ansiedad social ocurre en situaciones con extraños que va más allá de la timidez natural de muchos niños. 

Ansiedad Juvenil:

  • Miedo a enfrentarse a grupos de amigos en los que puede sentirse rechazado, diferente, a no estar a la altura.
  • En el entorno escolar con los exámenes, sobreexigencia, saturación de actividades
  • En la familia (divorcios de los padres, cambios de domicilio, etc.)
  • Identidad personal. Cambios físicos, psíquicos y sociales y su adaptación a estos.

Síntomas de la Ansiedad Infantil

Los síntomas presentes en la ansiedad infantil son fundamentalmente:

 

  • Hay una anticipación o percepción de un objeto, persona o situación, internos o externos, a los que se le adjudican cualidades temibles de diversa intensidad (desde inquietante hasta catastrófica).
  • Que siempre generan en el niño una sensación de estar amenazado o en peligro, él mismo o los demás.
  • Que el niño percibe escasa capacidad para defenderse o posibilidad de luchar y tener control sobre dichos estímulos amenazantes.
  • Que en consecuencia se tratan de evitar, lo cual interfiere disminuyendo o bloqueando conductas de adaptación a las situaciones habituales de la vida infantil, en distintas áreas, grados y tiempos de permanencia.
  • Que se acompañan de sensaciones físicas o fisiológicas más o menos desagradables, según el grado de conciencia de afectación que pueda tener el niño de ellas.

 

La sintomatología, aunque difícilmente diferenciable, podemos englobarla en cuatro grandes grupos:

 

  • Física: taquicardia, palpitaciones, sudoración, náuseas.
  • Cognitiva: pensamientos catastróficos, inseguridad, sentimiento de perder el control, sensación de irrealidad, problemas de atención y memoria.
  • Conductual: timidez extrema, conductas disruptivas, evitación de situaciones que anteriormente afrontaba con normalidad, duda, crispación, nerviosismo.
  • Social: temor social, irritabilidad, aislamiento social o enfrentamiento alterado a situaciones sociales.

La ansiedad infantil por tanto genera “conductas de anticipación o presencia de objetos o situaciones internos o externos amenazantes o peligrosos para el sujeto que los percibe y vivencia, frente a los cuales no se atisban desde quien las sufre posibilidades o recursos para afrontarlos con efectividad, por lo que siempre se acompañan de conductas consecuentes de evitación e inhabilitación, lo que a su vez interfiere la adaptación funcional en diversas áreas de la vida en grados y tiempos variables, acompañadas de sensaciones físicas o fisiológicas más o menos conscientes, y por ende, más o menos desagradables” (Casablanca, R.)

Tratamiento de la Ansiedad Infantil

Los problemas de ansiedad en la infancia y adolescencia tienen un tratamiento breve que se basa en:

 

  • Entender las causas particulares de los problemas de ansiedad del niño o adolescente
  • Aprender a afrontar las situaciones ansiosas y a estabilizar el estado físico, emocional y psicológico en esas condiciones de ansiedad
  • Trabajaremos para conseguir nuestro objetivo, con terapias de comprobada eficacia como Mindfulness, EMDR, cambio de patrones cognitivos y conductuales y la relajación.
  • El trabajo terapéutico en colaboración con la familia es parte de la intervención

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