¿Te dicen en el cole o en otros ámbitos que es un niño “muy movido”?
¿A menudo responde de manera impulsiva, “cómo sin pensar”, y esto le genera conflictos o dificultades con amigos, profesores o en casa?.
Si has observado que le cuesta “estarse quieto”, concentrarse en actividades, escuchar hasta el final…
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno del comportamiento que se caracteriza por síntomas de desatención, hiperactividad, impulsividad o inquietud motora. Las causas no están muy definidas, pero se parte de un ámbito de varios factores biológicos, sociales y psicológicos.
El déficit de la atención se pone de manifiesto por una interrupción prematura de la ejecución de tareas y por dejar actividades sin terminar. Los niños cambian frecuentemente de una actividad a otra, dando la impresión de que pierden la atención en una tarea porque pasan a entretenerse con otra. Estos déficits en la persistencia y en la atención deben ser diagnosticados sólo si son excesivos para la edad y el CI del afectado.
La hiperactividad implica una inquietud excesiva, en especial en situaciones que requieren una relativa calma. El criterio para la valoración de si una actividad es excesiva está en función del contexto, es decir, de lo que sería de esperar en esa situación concreta y de lo que sería normal teniendo en cuenta la edad y el CI del niño.
El diagnóstico del TDAH ha de ser necesariamente evolutivo. El psicólogo ha de realizar una completa historia clínica y exploración psicopatológica, recogiendo información de los dos entornos habituales del niño, es decir, tanto de los padres como de los profesores.
La evaluación del déficit de atención en concreto y cuando cursa con hiperactividad también, se realiza a través de varias pruebas. Es la anamnesis, como examen clínico donde se reúnen todos los datos personales, hereditarios y familiares del individuo, anteriores a la manifestación del TDAH supone una herramienta imprescindible en el diagnóstico. Por otro lado, aparecerían las entrevistas estructuradas (déficit de atención – test) y las observaciones.
La evaluación es fundamental para proporcionar un tratamiento eficaz y personalizado.
En el trastorno por déficit de atención e hiperactividad hay sintomatología de ambos rasgos. Pero también hay patologías en las que solamente se da uno de los factores: déficit de atención o hiperactividad. La realidad es que ambas características se entrelazan en la mayoría de los casos que acuden a consulta.
El diagnóstico requiere la presencia de ambos, que deben manifestarse en más de una situación por ejemplo en el colegio y en casa.
Relacionados con la hiperactividad
Relacionados con la impulsividad
La terapia del trastorno por déficit de atención e hiperactividad es una terapia integradora de los aspectos del ámbito biopsicosocial, que incluyen desde el ámbito psicológico al pedagógico, con derivaciones médicas cuando es necesario y siempre con coordinación con los otros especialistas que participen del tratamiento. La colaboración familiar es muy importante para el desarrollo eficaz de la terapia.
El tratamiento se fundamenta en una evaluación exhaustiva y una intervención que entre otras técnicas incluye:
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