Pesadillas, terrores nocturnos, miedo a irse a la cama, a la oscuridad, a estar solo, dificultad para conciliar el sueño….
El sueño es una de las áreas más importantes en el desarrollo y básico para una vida saludable, por eso tenemos que prestar especial atención a estos signos, ya que además de garantizarles un adecuado desarrollo, puede estar dándonos pistas de que algo les está haciendo sufrir.
Los problemas de sueño en la infancia especialmente pero también en la adolescencia tienen que ver fundamentalmente con las interrupciones en el descanso y con la incapacidad para dormir.
Los problemas de sueño en el niño pueden ser específicos o bien ser un reflejo de una patología grave del niño si se presenta bajo la forma de un insomnio persistente (trastorno generalizado del desarrollo, trastorno afectivo, etc.) o también como ya hemos apuntado, ser consecuencia de dificultades vividas por parte de los padres (excesiva ansiedad hacia el bebé, problemas de pareja, actitudes sobreprotectoras, depresión en los padres, etc.). Por tanto, ante un trastorno del sueño en la infancia lo primero que debemos hacer es una exploración psicofísica del niño y del entorno familiar para poder orientar el tratamiento.
Las condiciones externas defectuosas (ruido, cohabitación en el cuarto de los padres, irregularidad excesiva en el horario…), una presión externa inadecuada (rigidez excesiva), o un estado de ansiedad o de organización conflictiva interna que convierten en temible la regresión inducida por el sueño, son las causas más frecuentes de dificultades en la conciliación del sueño en los niños de 2 a 6 años.
La clasificación de las principales alteraciones del sueño infantil y la vigilia distingue cuatro categorías:
A menudo existen problemas y alteraciones del sueño en lugar de verdaderos trastornos del sueño. Los problemas del sueño son patrones de sueño que son insatisfactorios para los padres o el niño. Pueden estar relacionados con el bienestar del niño o con el de la familia; pero no todos los problemas del sueño son anormalidades ni todos precisan tratamiento. El trastorno del sueño, por el contrario, se definirá como una alteración real, no una variación, de una función fisiológica que controla el sueño y opera durante el mismo. Así pues, el trastorno representa una función anormal mientras que el problema puede representarla o no.
En niños menores de cinco años se estima que aproximadamente un 30% presentan problemas y/o alteraciones del sueño de diverso orden. Una revisión de los diferentes estudios muestra que entre el 13% y el 27% de los padres de niños de 4 a 12 años, refieren la presencia de dificultades con el sueño que incluyen resistencia a acostarse, ansiedad en el momento de acostarse, inicio de sueño retrasado, colecho reactivo, ronquido, enuresis, despertares nocturnos, pesadillas, terrores del sueño, sonambulismo, despertar matinal precoz y somnolencia diurna excesiva.
La intervención psicológica temprana es fundamental cuando aparecen las alteraciones del sueño infantil. En TWC somos especialistas en psicoterapia infantil y juvenil lo que nos avala como profesionales en el tratamiento de las alteraciones en el sueño infantil y juvenil.
Las pesadillas generan mucho malestar en el niño, pero también en sus padres dan respuesta a un proceso evolutivo pero en ocasiones son reflejo de problemas de ansiedad no resueltos.
Son episodios recurrentes de despertares bruscos, que se producen generalmente durante la primera parte del sueño y se inician con un grito de angustia.
El niño o adolescente se levantan de la cama y andan por las habitaciones en pleno sueño.
Cuando el niño o adolescente tienen una dificultad para dormir desde el principio de la noche o se despiertan a lo largo de ésta, hablamos de insomnio.
El tratamiento de los problemas del sueño tiene mucha relación con la edad del menor y con sus circunstancias personales, pero fundamentalmente trabajaremos:
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