¿Apatía, tristeza, enfado, falta de conexión con tus emociones? “No sé qué me pasa pero no estoy bien” o “estoy siempre triste”. A veces incluso podemos llegar a sentir que la vida carece de sentido, que no hay solución a nuestros problemas. En ocasiones además los que nos quieren no nos entienden y sentimos mucha soledad e incomprensión. Si algo de esto “te suena” puede que estés sufriendo un episodio depresivo.
La depresión es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes a nivel mundial. Las mujeres están afectadas aproximadamente el doble que los hombres. Las causas de la depresión provienen de distintos factores, pero los últimos estudios aportan una fuerte evidencia de un rol preeminente de los eventos vitales estresantes en la etiología de los trastornos afectivos y de ansiedad, focalizado en los efectos del trauma vital. Es decir, se resalta la importancia de los hechos vitales que de manera importante afectan al paciente y le facilitan el desarrollo de un trastorno depresivo.
En otras palabras, la depresión es una alteración del estado de ánimo que se traduce fundamentalmente en la pérdida de interés y disfrute acompañada de la disminución de la vitalidad.
La depresión presenta una serie de síntomas asociados que podemos agrupar en tres segmentos:
Estos signos típicos de la depresión no han de tener la misma intensidad ni de ser cualitativamente iguales en todos los pacientes. Lo importante es que el diagnóstico lo realice un profesional de la psicología o la medicina para poder diferenciar entre la tristeza, el malestar psíquico y la discapacidad que se sufre en los episodios depresivos junto con el malestar provocado por los síntomas emocionales y afectivos derivados de enfrentar los problemas de la vida cotidiana. Lo fundamental en la depresión es la sintomatología relacionada con la anhedonia (la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades) junto con la “tristeza vital”.
La depresión es un trastorno del ánimo que se caracteriza por la incapacidad de disfrutar con las actividades diarias y por la tristeza profunda que sufre el paciente. Experimentar desánimo en algún periodo corto de tiempo es un proceso normal en la vida de cualquiera y que respondería a un problema concreto y puntual. Toda situación requiere de una emoción concreta, y es adecuado sentir tristeza si la situación es triste. La dificultad aparece cuando esa tristeza se alarga en el tiempo y ya no responde a una situación particular. Cuando se da esta situación y además aparece un desinterés general por la vida hablamos de depresión.
Alguien puede pensar que tiene depresión si tiene esta serie de síntomas:
Ante la duda de si se está sufriendo una depresión o no, el paciente ha de tener en cuenta si cumple esta serie de premisas:
Algunas preguntas cuya respuesta afirmativa nos dice que puede padecer una depresión:
Confíe en TWC para el diagnóstico y el tratamiento de su depresión. Contamos con profesionales especializados en los trastornos del estado de ánimo.
Salir de la depresión es un proceso que requiere de un profesional de la psicología que atienda su problema de manera individual. En ocasiones el psicólogo requerirá la coordinación con otros profesionales de la salud como el médico de familia para que el proceso de recuperación se haga de la manera más rápida y eficaz posible.
Se han identificado una serie de factores riesgo que, no obstante, nunca pueden ser tomados como marcadores absolutos de dicho riesgo (ni su ausencia como factores de protección probados).
Factores sociodemográficos
Factores socioeconómicos
Factores biológicos
En el manejo de la depresión en TWC tenemos en cuenta los siguientes conceptos: características evolutivas de los episodios depresivos, instauración del primer episodio clínico, número de episodios, duración, intervalos y ciclos, patrones de curso, etc. El tratamiento es un concepto amplio que incluiría la estrategia terapéutica realizada tras finalizar el tratamiento agudo.
El énfasis en el tratamiento de la depresión está en función del subtipo de depresión y de la existencia de aspectos de personalidad y/o socioambientales relevantes. El objetivo del tratamiento es la desaparición de la clínica depresiva en el menor tiempo posible.
La remisión completa se refiere a la ausencia de síntomas significativos de depresión durante un tiempo determinado (al menos 2 meses). Salir de la depresión implica seguir el tratamiento adecuado e ir más allá de “sentirse algo mejor”.
Salir de la depresión implica un tratamiento global que atañe desarrollar protocolos de actuación, con abordajes biológicos, psicoterapéuticos y psicosociales en función de las características particulares de cada paciente.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que debe diagnosticarse solo cuando se cumplen un número mínimo de criterios patológicos y que ha de llevarse a cabo por un profesional de la salud o la psicología. Es obligado descartar que se trate de un trastorno de origen orgánico si los síntomas afectivos son atribuibles a una enfermedad médica y también se debe descartar que se trate de un trastorno inducido por sustancias cuando la clínica afectiva está relacionada con el consumo de fármacos o drogas.
Un trastorno del estado del ánimo puede coexistir con otros trastornos, como los de la alimentación, el alcoholismo y trastornos de la personalidad.
El diagnóstico psicológico de la depresión es fundamental para poder llevar a cabo un tratamiento eficaz. La evaluación forma parte de la primera fase del tratamiento psicológico. En ella el terapeuta realiza un estudio exhaustivo de la raíz del problema del paciente para poder abordar con criterio profesional la patología depresiva.
Este tratamiento terapéutico tendrá como objetivos concretos:
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