Trastornos del Control de Impulsos (TCI)

¿Arranques de ira sin saber por qué? ¿Cambio emocional de un momento a otro? ¿Broncas a tus hijos sin que haya un motivo aparente? ¿Compras compulsivas en las que luego te sientes mal por no “haberte controlado”? Todo esto tiene que ver con dificultades en el control de los impulsos en las que la razón nos abandona, y funcionamos bajo el impulso.

¿Qué son los Trastornos de Control de Impulsos?

Lo que caracteriza a los trastornos de control de los impulsos es la dificultad para resistirse a llevar a cabo un acto dañino para la persona o para otros.

Tipos de Trastornos de Control de Impulsos

Los tipos de trastornos de control de impulsos más importantes son:

 

  • Trastorno explosivo intermitente. El impulso tiene relación con la violencia, que puede llevar a la agresión de otros o del entorno físico.
  • Cleptomanía. Es la dificultad recurrente para resistir el impulso de robar objetos que no son necesarios.
  • Piromanía. La persona provoca incendios por gratificación o liberación de la tensión.
  • Juego patológico. Comportamiento de juego desadaptado, recurrente y persistente.
  • Tricotilomanía. Comportamiento recurrente de arrancarse el propio cabello por gratificación o liberación de la tensión que provoca una perceptible pérdida de pelo.
  • Compra por impulso. Necesidad de comprar artículos no necesarios
  • Acumulación compulsiva es la recolección excesiva de animales u objetos, junto con la incapacidad de desprenderse de ellos.

Síntomas de Trastornos de Control de Impulsos

  • Se percibe una sensación de tensión o activación interior antes de dar rienda suelta a ese impulso
  • Se siente placer cuando se lleva a cabo
  • En algunos casos, aparecen sentimientos de culpa, autorreproches o arrepentimiento.

Tratamiento de Trastornos de Control de Impulsos

Desde un enfoque integral las áreas a trabajar en terapia para los trastornos de control de impulsos serán:

 

  • Conocimiento de uno mismo y del problema: causas y consecuencias
  • Aspectos personales como la independencia, el autoconcepto, el asertividad, las relaciones personales y el desarrollo emocional
  • Resolución de problemas
  • Manejo del estrés y la impulsividad
  • Autorregulación emocional

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