Celos en la pareja

¿Sientes que no puedes dejar de mirar el móvil de tu pareja porque tienes constantemente en tu cabeza la idea de que está con otra persona? ¿Los celos de tu pareja hacia ti no te dejan respirar? ¿Sabes que el control que necesitas tener sobre lo que hace y con quién lo hace está afectando a vuestra relación?

¿En qué Consisten los Celos de Pareja?

Los celos son un afecto o emoción inevitable, y nacen en el momento en el que alguien o algo interfieren e intenta romper aquella fantasía por la cual creemos ser uno con el otro. Los celos pueden ser una reacción natural ante la posible pérdida de nuestra pareja. Lo que determinara que los celos sean patológicos o normales será su intensidad, la reacción que provoquen y el hecho de que se deban a una causa justificada o infundada.

 

Los celos son una señal de debilidad, y están relacionados con la falta de confianza en sí mismo del sujeto celoso, cuya autoestima depende excesivamente de su pareja.

 

El celoso patológico es aquel cuyo accionar movido por los celos hace sentir a él y a su pareja que desciende la calidad de vida de ambos. La angustia y la desesperación del celoso surgen del querer inútilmente controlarlo todo, y la impotencia que sufre al descubrir que es imposible. Siempre habrá un factor externo intentando interaccionar con el objeto de deseo que lo desvela y que cree propio, convirtiendo el día a día en una tragedia diaria y deteriorando de manera significativa la relación de la pareja.

 

Su alivio sobrevendrá al entender que puede prescindir de ese objeto de deseo y seguir viviendo o cambiarlo por otro, y que nadie ni nada podrá satisfacerlo totalmente.

Los Celos de Pareja y sus Características

En los celosos tienden a predominar ciertas características personales:

 

  • La inseguridad en uno mismo y la dependencia emocional. Las personas inseguras tienen una mayor necesidad de estimación y, habitualmente, son muy dependientes de la pareja. Se caracterizan por la rigidez de pensamiento, la carencia de sentido del humor y la intolerancia ante la ambigüedad. Por el contrario, cuando una persona tiene confianza en sí misma, no se muestra tan dependiente de la pareja y no desconfía de ella ni está preocupada por una posible infidelidad.
  • La desconfianza hacia los demás. Las personas desconfiadas son habitualmente más inseguras en todos los aspectos de la vida, incluida la relación de pareja. La desconfianza en el otro miembro de la pareja impide el adecuado funcionamiento de la vida afectiva y facilita la presencia de los celos.
  • La baja autoestima. Las personas con esta característica tienen unos sentimientos de inferioridad más o menos manifiestos y suelen pensar que los demás valen más que ellos. El celoso es, a menudo, una persona hipersensible y vulnerable, con una autoestima precaria y con una imagen de sí mismo dañada y vacilante. Por ello, le viene a la cabeza con frecuencia la idea de que cualquier rival tiene más méritos para seducir a su pareja y con ello se despierta el miedo a la pérdida que dispara la conducta celotípica.
  • La introversión y la carencia de recursos sociales. Las personas introvertidas, que están poco volcadas al exterior y que cuentan con pocos recursos sociales, suelen ser sujetos solitarios. Por ello, se relacionan con poca gente con excepción de su pareja, con quien suelen establecer una dependencia excesiva.

En definitiva, las personalidades celosas se caracterizan por la inseguridad, la dependencia emocional, la introversión, la desconfianza y la baja autoestima, así como por una preocupación enfermiza por la fidelidad de la pareja, porque les aterra perder a la persona querida y sentirse postergadas por un rival.

Intervención Psicológica de los Celos

Desde TWC abogamos por una intervención integral y consideramos que en este tipo de casos es necesario trabajar todas las bases de la psicología del apego: en la mayoría de las ocasiones, los celosos presentan un estilo de apego “inseguro”, normalmente desde la infancia por múltiples razones (traumas reales relacionados con separaciones o abandonos precoces o temperamentos hipersensibles a la distancia afectiva): temen abandonar su sostén afectivo para explorar el mundo. Así pues, una vez que le han echado el ojo al objeto de su amor, no pueden ni siquiera imaginar abandonarlo (de eso están seguros) ni ser abandonados (como no pueden estar seguros, controlan y acosan). Volver a pensar íntegramente sobre la manera de relacionarse con los demás y dejar de sentirse en peligro si los otros se alejan, constituye un gran y fructífero trabajo psicológico. Velar por la autoestima es una de las primeras etapas.

 

La psicoeducación es otro tipo de intervención muy eficaz que consiste en un procedimiento que proporciona al paciente experiencias de aprendizaje significativas acerca de sí mismo, de su patología y de la forma de controlar sus consecuencias, con el fin último de mejorar su desarrollo personal y el de su entorno familiar. Al mismo tiempo, la psicoeducación pretende ofrecer al paciente apoyo psicológico y social, reducir su ansiedad, y aumentar su sentimiento de confianza.

 

Igualmente, el entrenamiento en asertividad ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la depresión, el resentimiento y la ansiedad derivada de las relaciones interpersonales disfuncionales. A medida que el/la paciente vaya volviéndose más asertivo, empezará a reclamar el derecho a sentirse relajado y a ser capaz de dedicar tiempo sólo para él/ella misma, ganar confianza, seguridad y por tanto, romper con relaciones de dependencia emocional y los consiguientes celos patológicos

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