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Hablemos sin pánico...

by The WellBeing Concept
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“Sin pánico” es quizás una de las cuestiones más importantes a la hora de abordar este tema.

Es difícil no entrar en pánico cuando sospechamos que nuestros hijos e hijas practican el “cutting” una de las formas más habituales de autolesiones, generalmente en brazo o muslos.

 Inestabilidad emocional, baja autoestima, ansiedad, elevada autoexigencia, impulsividad…  son algunas de las características personales que pueden llevar a un adolescente a poner en marcha estas conductas autolesivas, que tienen una doble función: analgesia emocional y forma de comunicación o expresión del dolor; pero no necesariamente intencionalidad suicida.  

Traspasar a lo físico un dolor emocional.

El dolor emocional es difícil de manejar, no se puede tocar ni controlar, por eso muchas veces los jóvenes traspasan la barrera física, como una forma de apagar el dolor emocional íntimo.

Al infligirse una autolesión, de manera inmediata, siente un gran alivio emocional, incluso cierto nivel de placer, ya que se liberan los mismos neurotransmisores que en la química de los medicamentos antidepresivos o ansiolíticos; así que sienten que se alivian sus tensiones, y esto les genera sensación de control interno.

Este tipo de conductas no tienen por qué llevar asociada una intencionalidad suicida, de hecho, el objetivo no es desaparecer o dejar de vivir, sino controlar un dolor emocional que me sobrepasa. Pero son conductas de riesgo, a las que hay que prestar especial atención, que pueden llevar a generar lesiones graves o el temor a “que se les vaya de las manos” o “un error de cálculo”. Además, en casos más graves y puntuales pueden ser la antesala de ideaciones suicidas.

¿Cómo ayudar a nuestros hijos e hijas en esta situación?

Lo ideal, aunque no es fácil, es no dejarse llevar por el miedo o el pánico, la mejor forma de ayudarles en estas situaciones es que no se sientan juzgados ni castigados, ya que se sienten bastante mal consigo mismos.

Ofrecerles nuestro apoyo, la posibilidad de buscar ayuda juntos y procurar un espacio donde puedan expresar sus sentimientos. Recogerles emocionalmente, validar sus emociones, escucharlos y buscar juntos soluciones, es una forma de regulación emocional.

Beatriz Gómez

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