En los últimos meses, sobre todo a raíz de la pandemia, se ha comenzado a hablar más y mejor sobre salud mental y sobre todo sobre salud mental en la infancia y adolescencia.
La pandemia, además del aumento del uso de las redes sociales en los últimos años, con la proliferación de nuevas apps y redes donde compartir, están generando nuevas formas de relación y comunicación, especialmente entre los más jóvenes.
Internet es un mundo enorme, que permite millones de interacciones, conocer otras personas con gustos similares a los míos, facilitar a golpe de click tutoriales de lo más variopintos -que nos pueden salvar la vida más de una vez-, lleno de nuevas ideas y posibilidades… pero también puede convertirse en un “enorme agujero” donde escondernos o donde sin querer nos acabamos cayendo…
Para los más jóvenes internet y las redes sociales, son una parte más de su vida, interiorizada prácticamente desde su infancia, es habitual encontrarse a un grupo de adolescentes en un parque juntos, pero cada uno mirando su pantalla.
Esto, que a muchos “ya maduros” nos choca, es normal si pensamos que ellos se comunican desde los dispositivos con mucha más soltura que nosotros: pasan de una app a otra, comparten en tiempo real su día a día y comentan en directo y/o en persona a la vez que lo van compartiendo en sus pantallas.
Simplemente es una forma de comunicación que se nos escapa, pero que para casi todos ellos, esta es una nueva forma (más) de comunicación y no debemos demonizar, sino pararnos a entender, a escuchar y educar para que no sea la única.
Beatriz Gómez